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sábado, 28 de diciembre de 2013

Cronica de la expedición. 3ª parte


La despedida con nuestro guía, cocinero y el "Experto"

Preparando el material
 

El día 16 es el gran día. Madrugamos y para las 6 de la mañana ya estamos en marcha. Tras bajar por la cuerda fija instalanda el dia anterior, avanzamos por el barranco en poco tiempo llegamos a  un bonito rapel con su badina circular que nos deposita en la impresionante cabecera de la cascada.
Ultimo rapel antes de la gran cascada
 
Por fin estamos aquí!!. El sitio es sobrecogedor. Una gran "V" por donde cae la cascada en un gran circo en el que pequeños afluentes bajan por las paredes. Bajamos por la izda orográfica y Makeda es el encargado de instalar la primera parte de la cascada. Esta parte es volada y luego encontramos alguna zona por la pared con riesgo de caída de piedras.
 
Ultimo Rapel, al fondo la gran cascada
 
Pasamanos de inicio de la cascada
 
 Como teníamos planeado el viento desvía el agua de la cascada en dirección contraria a nuestro lado, pero el riesgo de caídas de piedras nos obliga a ir penduleando continuamente por la pared y alejarnos del agua, ya que el circo es un gran enbudo que canaliza las piedras, además debemos buscar la roca "buena" que no abunda ya que es una roca muy porosa.
Detalles de la cascada
 
 
 
 A mitad de descenso Jotas continua la instalación y nos vemos sorprendidos por una fuerte tormenta eléctrica que provoca la caída de algunas piedras que por suerte no nos alcanzan. La gran cascada la instalamos en 12 rápeles, el más grande de ellos de 80 metros. Tras 7 horas en la pared todo el equipo llega al suelo tras descender sus 480 metros (cota 2500), pero debemos aprovechar la poca luz para avanzar ya que estamos en una estrecha grieta con paredes de más de 800 metros sobre nuestras cabezas. El espectáculo es impresionante en esta pasillo con la cascada como telón de fondo.
 
 
Comienza a oscurecer y ya con los frontales seguimos bajando. Matteo tras un difícil péndulo para evitar el agua que ha crecido debido a la tormenta baja una cascada de 70 metro que es la única visible desde el mirador de arriba. El descenso de esta zona la hacemos a oscuras. Ya todos abajo valoramos el continuar pero decidimos montar un vivac en unas piedras. Allanamos lo que podemos el terreno y hacemos un muro de piedras para protegernos de la corriente de aire y colocamos una rafia para protegernos de la lluvia y las turbulencias de la cascada que arrastra agua en suspensión además de una corriente helada de aire. En el suelo colocamos las cuerdas y petates y tras cenar pasamos la noche malamente. Durante la noche otra tormenta nos obliga a mejorar el vivac con mantas termicas ya que los sacos se nos mojan. Es "el vivac del Inferno ".
 
 
 

 
 
Continuara...

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